La telemedicina se ha convertido en una alternativa clave en la atención de salud, facilitando consultas médicas accesibles y seguras para la población. Sin embargo, aún existen dudas en torno a su efectividad y confiabilidad, por lo que un gran número de personas todavía no gozan de las ventajas de esta modalidad de atención.
El director médico de SANNA División Ambulatoria, Daniel Diaz, comentó algunos de los mitos y verdades más comunes sobre la telemedicina, proporcionando información útil para tomar decisiones informadas sobre el cuidado de la salud a distancia.
Mito 1: La telemedicina ofrece diagnósticos confiables
Verdad. La telemedicina brinda diagnósticos en base a la experiencia de los profesionales médicos y de la tecnología empleada. Por ejemplo, los nuevos servicios de telemedicina ya cuentan con asistencia de personal de salud y tecnología avanzada que permite a los médicos tener una evaluación física-virtual del paciente en tiempo real, incluyendo los signos vitales, así como el examen físico dirigido a los síntomas del paciente.
Mito 2: La telemedicina no incluye medicación ni seguimiento
Falso. Hoy en día, varios servicios de telemedicina no solo brindan la consulta, sino que también incluyen la entrega de medicamentos y un seguimiento posterior para monitorear la evolución del paciente. Esto garantiza un tratamiento integral, que va más allá de la consulta inicial.
Mito 3: La telemedicina brinda también servicios de emergencia
Falso. La telemedicina es una herramienta versátil que permite atender desde enfermedades comunes agudas (como resfríos, problemas estomacales, entre otros) hasta el seguimiento de enfermedades crónicas. En casos de emergencia, ayuda a derivar al paciente de forma oportuna; sin embargo, no está diseñado para atenderlas por el nivel de complejidad.
Mito 4: Las consultas por telemedicina no son privadas ni seguras
Falso. La privacidad es uno de los aspectos más importantes de la telemedicina. Las consultas se realizan en entornos controlados y seguros, las grabaciones de las consultas se realizan con el consentimiento del paciente y solo están disponibles para el equipo médico autorizado, con el fin de asegurar la calidad de la atención y proteger la información del paciente.